Por qué es importante tener un seguro de vida

Un seguro de vida es muy recomendable cuando se tiene una familia que depende del asegurado, se tenga alguna propiedad bajo hipoteca, si posee hijos menores o que estén cursando estudios universitarios o si simplemente se quiere proteger a la familia.

Un seguro de vida con hipoteca, por norma general, suele ser un seguro de riesgo. La contratación de estas pólizas va asociada al importe pendiente que tenga la hipoteca suscrita y, en el caso de fallecimiento del titular, ésta cubrirá el capital asegurado. Puede ser una parte o por completo, según las condiciones contratadas. En algunas ocasiones, es posible que cubra, también, la invalidez permanente o temporal.

Seguro de vida global o vida entera

Esta es una póliza de seguro que garantiza siempre su indemnización, es decir, que siempre va ser cobrado, ya que posee una cobertura vitalicia. Por lo que no tiene edad máxima para la póliza.

Dentro de este tipo de seguro se puede combinar dos pólizas diferentes; estas son las siguientes:

Seguro de Ahorro

Este tipo de póliza, Indemnizan al asegurado cuando este llegue a una determinada edad sin fallecer. El capital ahorrado se forma a base de las primas pagadas por el cliente mensualmente o de manera anual. De hecho también se puede dar el caso de que se entregue un único pago para conseguir una rentabilidad fija.

Seguro de vida de riesgo

Estas se rigen al igual que las demás,  bajo clausulas especiales, y se les garantiza pago de indemnización al asegurado en caso de fallecimiento, solo cuando sea antes de vencer su póliza anual. Es decir, el seguro de vida lo garantiza el pago de las primas correspondientes y validez de la misma. Por lo que sí, el asegurado fallece y posee primas vencidas, el seguro tiene como clausula no otorgarle el monto de indemnización por incumpliendo de pago e incumplimiento de póliza según contrato establecido previamente.

Tener un seguro de vida, póliza de salud o ambas, siempre será necesario e imprescindible al momento de querer estar tranquilo sin preocupación de futuro familiar al momento de un accidente, eventualidad o enfermedad.